martes, 15 de junio de 2010

BLACK ALBUM-METALLICA


l

Llamado Metallica pero mejor conocido como The Black Album, considerado por la crítica como la obra maestra de Metallica, se haría esperar hasta el año 1991. Fue producido por Bob Rock, conocido por su trabajo con Bon Jovi y Mötley Crüe, entre otros. Con canciones como "Enter Sandman", "Holier than Thou", "Sad But True", "The Unforgiven", "Wherever I May Roam" y "Nothing Else Matters", vendió más de 500.000 copias en su primera semana en EE. UU., llegando al primer puesto en la lista del Billboard, en parte gracias a su carácter más comercial. Sólo en EE.UU., la RIAA certifica 14 millones de copias vendidas desde su salida a la calle. El nombre popular del disco, The Black Album (El álbum negro), viene de la portada del disco, que sólo contiene el logo de Metallica en la esquina superior izquierda y el dibujo de una serpiente en la esquina inferior derecha, todo ello bajo un fondo negro. Esta portada fue explicada posteriormente por Hetfield, quien dijo que la banda quería que la gente se fijase en la música que contenía el álbum, y no en el simbolismo ni en el diseño artístico.
UNA CRITICA

Un disco rodeado de polémica, los amantes del Heavy Metal Clásico y el Thrash de la vieja escuela lo podrán ver como el inicio del final de la supremacía de dichos géneros endosándole de paso la factura a Metallica de ser los responsables del final de una era, y acusándolos de ser los mayores traidores del Metal, sin embargo otros lo vemos a este disco como el contrapeso natural del Nevermind de Nirvana, ya que de no ser así, hubiéramos terminado escuchando mas a Sonic Youth, Radiohead, y todos esos grupos que siendo por demás respetables no nos producen las mismas sensaciones que Black Sabbath, Slayer y Pantera.

Sin duda este disco, que no deja indiferente a nadie, marcó un antes y un después en la historia de Metallica y del Metal en general, cierto es que Pantera había sorprendido con un nuevo estilo en 1990 con su mítico "Cowboys from Hell", pero siendo sinceros en 1991 todavía no se dimensionaba del todo el gran aporte de la banda Texana, así que lo que representa esta placa de Metallica cambio sin lugar a dudas el panorama del Metal, que tenía que adaptarse a los nuevos tiempos para no verse arrasado por esa ola melancólica llamada Grunge.

No podemos soslayar que la planeación de este disco va de la mano con el nacimiento de una nueva década, si bien es cierto este disco se empezó a grabar en 1990 cuando todavía no estallaba la bomba que supuso "Nevermind" de Nirvana, pero se respiraba en el ambiente que algo iba a cambiar, ya que aunado a la reinvención del Metal cortesía de Pantera, se hablaba en el ambiente de los buenos trabajos de bandas que se alejaban del cliché Heavy Metalero de los 80's como Faith No More, Soundgarden y Alice in Chains; asi que seguramente James y Lars ( todos sabemos que ellos son los que mandan) intuían que la formula thrasher que les hizo tomar el trono de Reyes del Metal a mediados de los 80's estaba a punto de ser superada por los tiempos, entonces había que reinventarse o morir.

Otro punto a tomar en consideración es que los miembros de la banda nunca estuvieron conformes del todo con la producción de sus discos, así que optaron por buscar un pulidor de canciones en este caso Bob Rock, si muchos se imaginaran a este polémico personaje entrando a los estudios de grabación con sus camisas de seda enmarcado en la marcha imperial de "Star Wars", y sometiendo a la dupla Hetfield/Ulrich, en lo personal no creo que esto haya sucedido y en todo caso tratándose del Black Album el resultado fue más que satisfactorio.

Si, es cierto que se redujo el tempo de las canciones y no había la velocidad de antaño, pero el disco para nada pierde potencia señores, los riffs de Hetfield seguían siendo musculosos sobre todo para un iniciado en estas materias, Hammet dentro de su estilo nos sigue regalando solos de muy buena factura, a Newsted se le empieza a hacer algo de justicia después de haber sido borrado en las sesiones de mezcla de "... And Justice For All", por primera vez en mucho tiempo se escucha el bajo en un disco de Metallica, aunque no demasiado valga la aclaración, y Ulrich nos regala un trabajo sensacional de batería, y por favor no me vengan a decir que por el solo hecho de no tocar el doble bombo es un mal baterista, pues el sentido del ritmo que nos regala en este álbum es superlativo y de destacarse.

¿Que las letras ya no eran tan oscuras como antes?, favor de ubicarnos en el tiempo, en 1991 ya había caído el Muro de Berlín y con ello se derrumbaba la amenaza comunista, así que temas que abordaran la tensión de una guerra nuclear estaban francamente trasnochados, y con un frívolo Glam Metal fulminado de un solo golpe por el melancólico Grunge ya no había contra quién dirigir las baterías de esa agresividad juvenil que dignamente supo representar Metallica en los 80's, así que es obvio que las letras fueran más relajadas ya sin los tópicos que las condicionaron en los 80's.

A nivel compositivo-musical el disco me parece bastante bueno, temas como Enter Sandman, Sad But True, The Unforgiven, Wherever I May Roam, y Nothing Else Matters son grandes canciones que miles de bandas morirían por firmar, aparte son himnos de los que crecimos en los 90's, sin olvidar los demás temas que mantienen un buen nivel de calidad, el disco en ningún momento decae, es accesible pero no por eso está peleado con la calidad, en pocas palabras es un muy buen disco con una magnifica producción.

El atrevimiento de Metallica no dejo indiferente a demás bandas de Metal, que en mayor o menor medida se adaptaron a los nuevos tiempos para ser competitivos frente a la corriente alternativa, los que no lo quisieron entender pasaron a formar parte del underground, muy respetable, pero creo que cualquiera que tome la guitarra y quiera componer pensando en trascender debe de tomar en consideración el entorno y la época para poder ser competitivos y no morir en el intento, pasando a ser solo un vago recuerdo, patrimonio de especialistas de cierto género musical.

Sin ser el mejor disco de Metallica, pues para mí los tres anteriores lo superan ampliamente, es un disco bastante recomendable para alguien que quiera adentrarse en los maravillosos y variados senderos que nos ofrece el Heavy Rock/Metal.

martes, 8 de junio de 2010

NEW SINGLE IRON MAIDEN- EL DORADO


SI QUEREIS BAJAR EL NUEVO SINGLE DE LOS MAIDEN PASAR POR SU PAGINA

The release date for IRON MAIDEN’S new studio album THE FINAL FRONTIER is now confirmed for Monday 16th August.

The new album pictured here features artwork illustrated by Melvyn Grant and, to mark the occasion, the band have made special arrangements for one new album track 'EL DORADO' to be made available Worldwide as a FREE digital
download MP3 with immediate effect

jueves, 3 de junio de 2010

RISING- RAINBOW


A Ritchie Blackmore, el hombre de negro, uno de los genios de Deep purple (porque en aquella mítica charanga, al que no fuera un genio absoluto le debían dar collejas y robar la merienda), quizá el guitarrista con más fama de inaguantable que rodaba pelotas por aquella época, se le puso en los cataplines en 1975 salirse del mapa y formar su propio grupo, que llamó Rainbow. Entre vítores y suspiros del respetable, los Purple trataron de levantar cabeza sustituyendo a quien se suponía insustituible, pero todo fueron tropiezos hasta que, a mediados de los 80, se juntaron de nuevo en torno al divo de marras y reflotaron el barco con el discazo Perfect strangers. Todas estas circunstancias debieron contribuir a hinchar más el pecho de Blackmore, cuya cola de pavo real no debía caber ya por las puertas. Afortunadamente para el orden cósmico, tras su partida definitiva en los 90, llegó y se quedo el increíble Steve Morse, demostrando de una vez por todas que nadie es insustituible en este mundo.

Pero vamos al paréntesis que nos ocupa, que en esto de hablar de los dioses del Olimpo es difícil no ser farragoso. Nuestro hombre se juntó con unos y otros, despidiendo y contratando gente una y otra vez con la soltura de un Burger King. El primer cantante fue nada menos que Dio (a quien a partir de entonces no abandonaría ya la merecidísima fama), y con él grabó unos cuantos discos. Rainbow rising es el que más me gusta con diferencia; se trata de un pedazo de álbum pleno tanto de Dio como de Blackmore, acompañados ambos de una base rítmica de lujo entre la que no puedo menos que destacar al impresionante Cozy Powell. La producción corrió a cargo de Martin Birch y es, como de costumbre, una pasada, aunque quizá estuvo un poco menos sembrado que en otras ocasiones. Son dignos de escuchar los churretones de flanger que le dio a la fornida y espectacular batería de Cozy Powell, tan explosiva, tan "tocada a mano". Lo que en otro productor podría haber pasado a la historia como un experimento excesivo o recargado, en él ha quedado como una muestra más de su impronta, como cuando a Picasso se le puso en los cataplines usar muchos tonos azules. A ver quién le rechista.

El ambiente de Rainbow rising, aunque también trascendental y solemne, es mucho más festivo, respirable y llevadero que la sobriedad monacal y extática de Purple. Menos coñazo, si me permiten los amantes de todos estos "Ribera del Duero del metal". Dio siempre supo, con tan solo cantar un par de sílabas, impregnar el aire tanto de elegancia y seriedad como de pura explosión vital sincera, alegre y extrovertida. Lo primero entroncaba muy bien con su nuevo "capataz", lo segundo buena falta le hacía a éste. Sobre todo cuando, como es el caso, se ponía cómodo continuamente y se hacía sitio para uno de sus (buenísimos) solos de varios minutos. Porque vaya pedazo de solos los de este disco, tan sucios y "fáciles" para cualquier chaval que destaque un poco con su técnica dentro del heavy actual, pero tan inspirados, melódicos e irrepetibles, siempre con ese gran letrero en cada nota que reza: "¡Ole mis cojones!". Y siempre tan largos; tras escuchar una de estas verborreas guitarrísticas, la voz de Dio llegaba de nuevo como una bombona de oxígeno, como un San Bernardo en la nieve.

El disco entra a matar con Tarot woman, que tras la larga carrera de Dio podemos escuchar ahora, ya con buena perspectiva, como una canción más de las muchas a las que ha prestado su increíble voz y su estilo imposible de imitar, pero a mí me da que en su día debió dejar boquiabierto a más de uno. Produce una inyección de optimismo y fuerza capaz de convencer a un suicida de que no salte (o bueno, quizá se decida durante el solo, pero si sobrevive le espera una estrofa final más eufórica aún).

Continúa el paseo con tres grandes canciones más: Run with the wolf, Starstruck y Do you close your eyes, todas ellas también energéticas y alegres en mayor o menor medida. La segunda de ellas tiene un cierto ambiente Purple, del tipo Strange kind of woman, pero en manos de Dio este tipo de canciones hacen que la voz de Gillan, por inevitable comparación, parezca una especie de canto gregoriano pálido y elegantemente tristón. Me gusta mucho Dio, no sé si lo he dicho ya.

Llega la cara B y se acojona uno. Ahí va, dos canciones de ocho minutos. No sabes si tirarte por el precipicio, pero en cuanto te decides tardas medio minuto en quedar convencido por Stargazer: una monumental y enervante historia épica que sin duda es una de las primeras manifestaciones, si no la primera, de algo que me gusta llamar "heavy de cartón piedra". Me refiero a esas canciones míticas, largas, que cuentan algún hecho remoto, real o imaginario pero siempre heroico... y que dada la época en que fueron compuestas se asocian inevitablemente al cine del tipo Ben Hur, Cleopatra o Espartaco (la peli, no el torero). Stargazer se puede, casi se debe, escuchar en el sofá con un cuenco enorme de palomitas, disfrutando de sus riffs repetitivos y amplios. Esta vez, el correspondiente solo enorme se funde de manera especialmente feliz con el resto de los elementos de la estructura.

Y la otra canción larga, A light in the black, cierra por fin con su ritmo acelerado un disco que, si lo hubiera hecho otra gente, habría resultado pretencioso o un poco pesado. Pero hecho por quienes lo hicieron, y además en 1976, ha quedado para la posteridad como un trabajo irrepetible y mágico, aparte de ser uno de los más valiosos y modélicos gérmenes del heavy metal.